Malena pasa
horas hablando con su Ángel.
Cuando alguien aparece él desaparece, juegan y viven las mas lindas aventuras.
Un día el Ángel invita a Malena al País de los Juegos. Entran por una
puerta grandiosa pero muchos niños no lo pueden hacer porque no saben jugar.
Recorren pasillos, calles y autopistas, llegan a un formidable baúl donde ven
personas con la piel marchita, los labios como cerraduras, las manos con
garfios y los pies de piedras, así es como se quedan los que no saben jugar.
Malena, muy triste pide regresar y así poder enseñar a todos los niños a que
nunca, nunca, nunca,
dejen de jugar.
FIN
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